Las dos mujeres en la vida de Felipe, un ejecutivo en ascenso muchas veces angustiado por la obsesión que ese mismo ascenso significa, son arquetipos femeninos opuestos.
Laura, esposa, madre, ama de casa perfecta, representa la mujer dependiente en lo afectivo, económico y social, lo cual hace de ella alguien que puede ser tramposo, a veces corrupto, tiránico en el fondo, que sabe emplear su infinita y elaborada seducción para lograr sus fines.
Por otro lado, Sandra es la mujer independiente, una profesional competente con autonomía económica conseguida con su propio trabajo.
No está preparado para aceptar la pareja en el sentido real de la palabra: dos seres iguales, con roles no determinados por el sexo.
Carlos Morelli escribió: El Cronista Comercial dijo: Agustín Mahieu en El Cronista Comercial opinó: Manrupe y Portela escriben: