[2] El presidente del Yuan Ejecutivo, Wang Jingwei, indicó a las autoridades locales la disposición del Gobierno de aceptar cualesquiera condiciones que presentasen los japoneses para poner fin a la crisis, siempre que no conllevasen ceder Manchuria o reconocer la independencia de Manchukuo.
[5] La línea a la que las unidades chinas debían retirarse unía las localidades de Yenching, Shunyi, Baodi, Ningho y Ludai.
[8][10] La reunión para la firma de la tregua comenzó el día anterior, en un ambiente tenso, con dos destructores japoneses apuntando al edificio donde se reunieron las dos delegaciones negociadoras y con el puerto bajo la ley marcial.
[11] Por su parte, obtenidas estas concesiones del Gobierno chino, los japoneses se comprometían a retirar sus tropas al norte de la Gran Muralla.
[14] En apariencia, el acuerdo cumplía los objetivos que se habían marcado los mandatarios chinos: era exclusivamente militar y no incluía cláusulas políticas ni mención alguna de Manchuria.
[4] Acababa además con una lucha que estaba a punto de alcanzar Pekín y Tianjin.
[18] En las posteriores desavenencias con los chinos, los militares japoneses emplearon repetidamente los términos del armisticio para justificar sus intervenciones en la zona desmilitarizada y extender su autoridad por la provincia entera.