Debido a su papel político conciliador en la segunda guerra sino-japonesa, es considerado un héroe en la República Popular China, ya que intentó, sin éxito, unificar al Kuomintang con los comunistas.
Debido al reinante anticomunismo del Kuomintang tras 1949, en la República de China (Taiwán) es considerado un traidor a la patria.
[8] Intentó en vano expulsar por la fuerza a los soviéticos del Ferrocarril Transmanchuriano entre julio y diciembre de 1929.
Cuando en 1929 Zhang intentó hacerse con el control del Ferrocarril Transmanchuriano, los soviéticos respondieron rápidamente, infligiéndole una dura derrota durante el llamado conflicto sino-soviético.
Después del Incidente de Mukden, los japoneses invadieron la región controlada por Zhang, pero éste decidió retirar su ejército sin presentar seria resistencia.
[12] Zhang se había percatado de la superioridad japonesa en la región, y aunque su popularidad sufrió mucho, las posteriores derrotas chinas le darían la razón.
Ese día, el generalísimo Chiang Kai-shek viajó a Xi'an, para averiguar por qué los generales Yang Hucheng y Zhang Xueliang habían detenido sus ataques contra los comunistas.
Por su parte, Chiang creía que primero debía unificar el país - esto es, acabar con los comunistas - para luego poder formar un único frente contra los invasores.
Zhang también fue llevado a Taiwán, donde continuó bajo arresto domiciliario, estudiando poesía de la Dinastía Ming la mayor parte del tiempo.
El presidente de la República Popular China en 1993, Jiang Zemin, lo describió como un «gran patriota», aunque en Taiwán Zhang sigue siendo considerado un traidor.
Los partidarios del Kuomintang aseguran que Zhang empujó a los nacionalistas a una guerra con Japón sin estar listos, y que Chiang Kai-shek sólo quería esperar hasta 1939 para iniciar el combate abierto, como le recomendaba su consejero alemán Alexander von Falkenhausen.