Tratado de Aranjuez (1745)
En 1743 Gran Bretaña, Austria y Cerdeña firmaron el tratado de Worms, por el cual la emperatriz María Teresa I de Austria concedía la posesión del marquesado de Finale al rey de Cerdeña Carlos Manuel III.Finale había sido vendido en 1713 por Carlos VI, padre de María Teresa, a la república de Génova, según un contrato que había sido ratificado por la Cuádruple Alianza en 1718,[1] por lo cual el marquesado pertenecía legalmente a Génova y la emperatriz no tenía autoridad para disponer de él.Ante lo que se consideraba como un ataque injusto contra el territorio de Génova, Francia, España y Nápoles decidieron salir en su defensa.Los puntos principales recogidos en el tratado fueron los siguientes:[2] En 1772 este tratado sería objeto de una ampliación menor relativa a las relaciones comerciales entre España y Génova.[3] La colaboración resultante de la alianza pactada llevó a los ejércitos franco-españoles a la victoria sobre las tropas sardas en la batalla de Bassignano de finales de septiembre de ese mismo año, a la que siguió la captura de Alessandria, Valenza y Casale Monferrato.