[1][2] La disputa de límites entre Costa Rica y Panamá comenzó en el siglo XIX, época en que este último país pertenecía a la República de la Nueva Granada, la cual reclamaba como suyo todo el territorio de Mosquitia desde el río Sixaola hasta el cabo Gracias a Dios; por su parte Costa Rica reclamaba como límite una línea que partía de la isla Escudo de Veraguas en el Atlántico, y terminaba en la desembocadura del río Chiriquí Viejo en el Pacífico.
[1] Por medio de las convenciones Castro-Quijano (1880), Fernández-Holguín (1886) y Esquivel-Holguín (1896) se acordó someter la controversia al arbitraje del presidente de Francia, quien dictó el Fallo Loubet en 1900.
[2] Como esta sentencia no satisfizo a ninguna de las partes se firmaron el protocolo Castro-Guizado en 1928 y el tratado Zúñiga-de la Espriella en 1938, sin solución.
[2] El tratado sigue, en la vertiente del océano Pacífico desde Punta Burica hasta cerro Pando, la frontera definida por el Fallo Loubet de 1900 (línea Anderson-Porras), y en la vertiente del Caribe, desde cerro Pando hasta la desembocadura del río Sixaola, parte de la línea fijada en el Fallo White de 1914.
El acuerdo también establece un régimen de libre navegación para ambos países en los ríos Sixaola y Yorkín, en la parte donde sirven como frontera.