Trastornos del espectro alcohólico fetal

Bebés : aborto espontáneo , muerte fetal El síndrome del espectro alcohólico fetal, también conocido por su sigla SAF, es un grupo de malformaciones y desórdenes que pueden presentarse en una persona cuya madre ingirió bebidas alcohólicas que contenían etanol, durante el embarazo.[2]​ La forma más severa de esta condición se denomina síndrome alcohólico fetal.[7]​[9]​ El alcohol atraviesa la barrera hematoencefálica afectando al feto de manera directa o indirecta.[10]​ El diagnóstico de la condición se basa en los indicios y síntomas que presenta la persona presuntamente afectada.[11]​ Por esta razón, diversas organizaciones médicas recomiendan a las madres evitar la ingestión de alcohol durante todo el embarazo.[1]​ Los tratamientos pueden incluir terapia interactiva entre madre e hijo, esfuerzos encaminados a modificar el comportamiento, y en ocasiones, medicamentos.[3]​ Se ha escrito sobre los efectos negativos y perniciosos del alcohol durante el embarazo desde tiempos antiguos.Investigadores en Francia, Suecia y Estados Unidos estaban sorprendidos por lo parecido que esos chicos se veían, aunque no estaban relacionados (familiarmente), y por lo parecidos que eran sus comportamientos, siempre sin foco (desconcentrados) e hiperactivos.El criterio de diagnóstico incluye deficiencia en el crecimiento, las características anomalías faciales ya descritas, la evidencia de daño cerebral orgánico, incluyendo estigmas estructurales, neurológicos o funcionales.Este término fue usado en estudios de investigación para describir personas y animales en los que los efectos teratogénicos se vieron después de confirmar la exposición fetal al alcohol, pero sin anomalías físicas visibles (Clarren y Smith, 1978).Aunque algunos estudios mostraron que pequeñas cantidades de alcohol (típicamente, una medida por día) durante el embarazo puede no ser riesgoso para el feto (por ej., Abel, 1996; Day, 1992; du Florey et al., 1992; Forrest y du Florey, 1991; Goodlett y Peterson, 1995; Polygenis et al., 1998 [14 medidas por semana]; Streissguth et al., 1994; Wilkie, 1997 [8.5 medidas por semana]), a las mujeres embarazadas usualmente se les recomienda la abstinencia total, ya que cada feto es diferente y puede haber efectos no visibles, pero igualmente dañinos, que estos estudios no hayan percibido.