En sentido amplio, la transfección consiste en la introducción de material genético externo en células eucariotas mediante plásmidos u otras herramientas para la transferencia.
Además de la electroporación, se pueden utilizar otras técnicas para efectuar la transfección, como por ejemplo liposomas producidos mediante la mezcla de lípidos catiónicos con el material genético, que se fusionarán con la membrana plasmática celular y depositarán su carga adentro.
[1] Actualmente, se recomienda emplear la siguiente terminología: Basados en la formación de complejos que las células sean capaces de adquirir e incorporar, ya sea directo mediante la ruta endocítica o a las membranas.
Este método es altamente eficiente debido a la naturaleza viral de la integración en el genoma del huésped.
Finalmente la integridad y número de copias del gen debe ser determinado por Southern Blot.
El período de expresión del gen en una transfección génica que varía entre 24 a 72 horas y para el éxito del procedimiento son críticas las condiciones celulares, con las células saludables y las que se encuentren en división las más susceptibles a aceptar plásmidos recombinantes.
Se ha sugerido que entre los diferentes mecanismos, la difusión pasiva de los plásmidos a través del citoplasma y los poros nucleares representa la forma más probable por la cual los genes reporteros pueden migrar al núcleo celular y ser activados transcripcionalmente.