[5][6] A su regreso de Helsinki, los remeros fueron recibidos en la Casa Rosada por el presidente Perón y su esposa Eva Duarte.Además sufrieron el percance de que el bote se les había roto, pero el mismo fue finalmente reparado por la delegación soviética, a la que luego los argentinos vencieron en la final.Tres años después, su éxito profesional fue interrumpido debido al derrocamiento del gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, período donde comienza la dictadura denominada Revolución Libertadora durante la cual se produce una brusca declinación del rendimiento deportivo en Argentina.Su último deseo fue que sus cenizas fueran arrojadas al Río Luján, en Tigre, provincia de Buenos Aires, donde solía vivir y remar.Actualmente, en este lugar se encuentra una estatua de Tranquilo en la desembocadura al Río Reconquista.