Trío para piano n.° 2 (Brahms)

[3]​ Brahms escribió la pieza en el mismo período con el que compuso obras como la Sonata para violín n.° 1 en sol mayor, op.

[4]​ Las cuerdas suelen tocar al unísono, con una fuerte importancia melódica y de contrapunto, en contraste con la línea del piano.

[4]​ Cada variación incluye un fragmento rítmico o melódico del tema original, pero por lo demás está armonizada, fraseada y ornamentada de manera diferente.

[5]​ El movimiento presenta síncopas frecuentes, especialmente en la coda, y el violonchelo a menudo hace eco del violín en inversión.

[5]​ El tercer movimiento es un presto en Do menor en compás de 6/8 compuesto formalmente por un scherzo y un trío: arreglado en formato ABA.

Contiene muchos cambios rápidos de rango, así como una textura más densa que el segundo y tercer movimiento anteriores.

[4]​ El regreso del tema A está muy ornamentado, mientras que otras repeticiones son literales.

[4]​ El resumen va seguido de una larga coda en la que la energía se intensifica hasta el final.

[8]​ Al público no le gustó tanto el trío con piano como el quinteto de cuerda, pero Clara Schumann lo admiró por su fluida evolución temática y estructura sintagmática.

[7]​ Otras primeras interpretaciones de la pieza ocurrieron en Berlín, Londres y Viena en enero del año siguiente.

[7]​ El siempre autocrítico Brahms tenía en alta estima a este trío y le escribió a su editor que "todavía no habían tenido un trío tan hermoso de mí y muy probablemente no hayan publicado uno igual en los últimos diez años".