Al mismo tiempo, como su territorio no fue campo de batalla, pudo mantener intacta su estructura económica, fue el Estado en mejores condiciones para la posguerra.
Su hegemonía no se apoyaba solo en su gran producción industrial sino también en los flujos de inversiones distribuidos por América, Asia, África y que, en conjunto sobrepasaban los de todos los países europeos juntos.
Desde entonces, Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, conforman la triada económica.
Desde 2016, China es el país que más aporta al crecimiento económico mundial, dejando atrás a los Estados Unidos y representado el 31.5% del avance de la producción global, siendo esto superior a las aportaciones conjuntas de Estados Unidos, Japón y la Zona euro.
[9] La Tríada incluye la primera potencia militar mundial: las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
La Tríada contienen en su seno un muy importante porcentaje de las personas llamadas ricas o millonarias.
La República Popular China (país que tiene un IDH medio y peores condiciones de vida que cualquier país de la Tríada) ha conseguido situarse como la segunda potencia económica mundial, y además posee las mayores reservas financieras del mundo.
Por otra parte, Rusia es una potencia económica con mayor grado de Desarrollo Humano que China.
Este marco preestablecido desde la Tríada impide que los países del Sur puedan ascender en el plano internacional de forma rápida.
Aun así, estas potencias emergentes han demostrado poder adaptarse a las circunstancias del juego y continuar su desarrollo.