Está documentada su existencia desde la primera mitad del siglo XIV,[1] aunque su construcción podría ser anterior a estas fechas.
Se encuentra incorporada al cortijo de Macarena,[1] hoy en día abandonado y en ruinas.
[2] Eslava Galán, que accedió a su interior en la década de los ochenta durante sus trabajos de investigación doctoral,[3] indicaba la posibilidad[4] de que estuviera compuesta por tres plantas y terraza, si bien la única entreplanta existente era moderna, construida con madera y yeso y empleada como granero.
[2] Al pie del cerro donde se encuentra la cortijada existe un abrevadero alimentado por un manantial, vestigio de la dehesa boyal y de la actividad ganadera en el lugar, que podría estar datado por tanto en la misma época que la torre y su asentamiento.
[1] Cabe la posibilidad, según indica Eva María Alcázar Hernández,[1] de que en el siglo XIII se conociera como Almorg.