Aunque su coche a menudo no era confiable y rara vez estaba en los puntos, fueron muchas las ocasiones en las cuales Tom era lo suficientemente rápido como para acaparar los titulares.
[7] Un monumento a Pryce se inauguró en 2009 en su ciudad natal, en Ruthin,[8] y hay planes futuros para erigir una estatua en su honor.
Jack había servido en la Real Fuerza Aérea británica como artillero en un bombardero Lancaster, antes de unirse a la policía local.
Con dicha base de habilidad y conocimiento, el resto en sus primeros años fue adaptarse rápido al siguiente nivel a enfrentar.
Jack Pryce recordó que ese día su hijo se frotaba las manos con deleite: "siempre le gustó correr bajo la lluvia".
Sir Max Aitken le dio su Lola T200 y más adelante llegaron patrocinadores que comenzaron a respaldar económicamente su trayectoria.
Pryce llevó su flamante Lola a Brands Hatch, donde se le permitió guardarlo en uno de los viejos establos en la parte inferior del paddock.
Pryce continuó haciéndose un nombre durante 1971, ingresando a una nueva categoría de autos deportivos biplaza llamada Fórmula F100, que ganó.
Siguió haciéndose un nombre como piloto, y tras sus excelentes actuaciones pronto hizo su debut en la Fórmula 3 para el mismo fabricante en Brands Hatch.
Después de eso, Pryce fue al Salzburgring para hacer su primera aparición en F2 del año con un Team Harper Chevron.
Allí recibió una carta escrita a mano por Alan Rees mencionando que "no tienen ningún problema en ofrecerle un asiento en Shadow".
En Monza clasificó vigesimosegundo, pero logró acabar la carrera doce puestos más arriba a pesar de sufrir problemas mecánicos en las primeras vueltas.
Su temporada terminó con una falla de motor en Canadá mientras rodaba 9.º, y el Shadow se mostró muy poco competitivo en Watkins Glen.
Un problema mecánico varias vueltas más tarde lo hundieron al fondo del pelotón, y acabó abandonando la carrera producto de un accidente.
La gira norteamericana no trajo buenos resultados, y el campeonato de 1976 acabaría en Japón bajo una lluvia realmente feroz.
Para la segunda ronda en Brasil Pryce se adhirió a la duodécima posición en parrilla, esta vez con el obsoleto modelo DN5B.
Sus entrevistas con Alan Henry (prominente figura periodística de la Fórmula 1) daron a conocer su pasado, su historial deportivo y su relación con la lluvia.
Esto, junto con sus actuaciones en mojado con un coche inferior y poco fiable, le hicieron ganarse (naturalmente sin saberlo) la admiración de un joven adolescente llamado Ayrton Senna, quien seguía la Fórmula 1 por su ídolo Emerson Fittipaldi.
Sin embargo, la clasificación se disputó en condiciones normales, y Tom solo pudo ser decimoquinto en la parrilla, casi dos segundos más lento que el poleman James Hunt.
En una entrevista poco antes de la carrera, Pryce afirmó que el motor Ford Cosworth no podía extraer todo su potencial en las rectas debido a que la refrigeración era insuficiente, y el coche tendía a no funcionar bien en condiciones de seco con climas muy cálidos.
Pryce tuvo un mal comienzo en el Gran Premio con su Shadow DN8, y al final de la primera vuelta estaba en último lugar.
Stuck logró no atropellar a ninguno de los dos por "literalmente milímetros" según David Tremaine, quien estaba en los pits viendo pasar los coches por meta.
El objeto voló hasta acabar en un aparcamiento, donde por inercia golpeó un automóvil estacionado, atrancando la puerta delantera del copiloto.
El impacto del extintor en su casco hizo que su correa se clavase en la barbilla doblando hacia atrás su cabeza con tal fuerza que la columna vertebral se separó el cráneo y abrió la parte frontal del cuello dejando a la vista sus nervios y vasos sanguíneos.
Jacques Laffite estaba por delante del Shadow DN8 en la entrada de Crowthorne y se disponía a adelantar al piloto galés.
Los bomberos no llegaron a tiempo y pereció carbonizado en los entrenamientos previos al Gran Premio de Sudáfrica.
Pero por otra parte, también se declaró que tanto Van Vuuren como el otro comisario Bill William habían actuado sin autorización.
En 2009, conmemorándose el 60 aniversario de su nacimiento, gracias a una iniciativa popular promovida por aficionados sudafricanos e ingleses, se colocó en su pueblo natal un memorial en su honor en un acto público.
[22] En 2006, se le rindió homenaje en el libro del periodista David Tremayne, The Lost Generation: The Brilliant but Tragic Lives of Rising British F1 Stars Roger Williamson, Tony Brise and Tom Pryce, que contiene las biografías de Tony Brise, Tom Pryce y Roger Williamson, tres jóvenes y prometedores pilotos británicos que perdieron la vida en las pistas.
Acorde al propio Tom, él quería convertirse en piloto de Fórmula 1 porque amaba correr y consideraba que no había nada mejor como la máxima categoría para realizar gestas en un automóvil.