1977 supuso otro mal año para el sueco, con su Tyrrell P34B con motor Cosworth: un tercer puesto en el Gran Premio de Bélgica fue su mejor resultado.
Peterson sorprendió a propios y extraños al abandonar Tyrrell para volver con Lotus en 1978.
James Hunt colisionó con Peterson, con Riccardo Patrese, Vittorio Brambilla, Hans-Joachim Stuck, Patrick Depailler, Didier Pironi, Derek Daly, Clay Regazzoni y Brett Lunger desencadenando el consiguiente tumulto.
El Lotus de Peterson terminó empotrado contra las barreras y se prendió fuego.
Para entonces, la máxima preocupación era Brambilla, quien fue golpeado con un neumático volador que le hizo entrar en estado comatoso (posteriormente se recuperaría y continuaría como piloto de Fórmula 1).
Todos los pilotos malheridos fueron trasladados al hospital de Milán y tras despejar el circuito, la carrera continuó para los que quedaban.
Ya en el hospital, un examen de rayos X mostró que Peterson tenía 17 fracturas en una pierna y 3 en la otra.