Probablemente en esa época estudió con Juan Hidalgo y también debió visitar Nápoles.
En el mismo barco viajaba otro gran músico, Lucas Ruiz de Ribayaz.
Se ha especulado con la posibilidad de que el propio Torrejón fuera su profesor.
Enormemente reconocido por sus dotes musicales, fue el primer maestro que no poseía órdenes sacerdotales.
Su fama se extendió por todo el continente, hasta Panamá y Guatemala.
Torrejón y Velasco logró elevar a la cúspide expresiva el villancico barroco español en la América colonial.
La ópera va precedida por una loa alegórica a Felipe V, enfatizando su bondad y justicia.
Dice así: La Púrpura de la Rosa, representación música, fiesta con que celebró el año décimo octavo, y primero de su reynado del Rey Nuestro Señor Don Phelipe Quinto.
El primer virrey del Perú en ser nombrado fue el marqués de Castelldosríus, quien llevó en 1707, no a un español, sino al compositor milanés Roque Ceruti como máximo responsable musical del Palacio de Gobierno.