Educado, como el resto de sus hermanos, en fuertes principios cristianos y patrióticos.
Al estallar la Guerra de los Diez Años en 1868, con solamente once años, pasa a ser mensajero del Ejército Libertador de Cuba, al que se unió toda su familia, es decir, sus padres y sus trece hermanos.
Tiempo después, ya en el exilio, se reunió con su familia en la colonia británica de Jamaica.
Tomás y su hermano Marcos se qedaron en Costa Rica, al cuidado de toda la familia Maceo, durante la Guerra Necesaria (1895-1898).
Fue sepultado con honores militares y el homenaje del pueblo en el cementerio de Santa Ifigenia.