Tolerancia central

[1]​ La tolerancia periférica es un mecanismo secundario para garantizar que las células T y B no reaccionen por sí mismas una vez que abandonan los órganos linfoides primarios y no fueron eliminadas por la tolerancia central.[1] Este proceso, conocido como recombinación V(D)J, es importante porque aumenta la diversidad de receptores, lo que aumenta la probabilidad de que las células B y las células T tengan receptores para nuevos antígenos.[1]​ Aunque el proceso de recombinación somática es esencial para una defensa inmunitaria exitosa, puede conducir a la autorreactividad.Las células B inmaduras en la médula ósea sufren selección negativa cuando se unen a péptidos propios.[2]​ Los receptores de células B que funcionan correctamente reconocen antígenos no propios o proteínas moleculares asociadas a patógenos (PAMP).Las células T reg son importantes para regular la autoinmunidad al suprimir el sistema inmunitario cuando no debería estar activo.
Proceso de selección de células B en la médula ósea.
Proceso de selección positiva de las células T.
Esta figura representa el proceso de selección negativa para las células T.
Leyenda de las cifras de selección de células T.