Selección clonal
La teoría de la selección clonal postula que cada antígeno estimulará a aquel linfocito o grupo de linfocitos que poseen en su membrana receptores capaces de reconocer y unirse específicamente a él y que como consecuencia se producirá su proliferación y diferenciación en células con las mismas características de reconocimiento que los linfocitos originales.En 1954, el inmunólogo Niels Jerne presentó una teoría que afirma que ya hay una gran cantidad de linfocitos en el cuerpo antes de cualquier infección.Un clon se usaba de inmediato contra la infección, mientras que el otro clon es más duradero, permaneciendo en el sistema inmune por mucho tiempo, lo que resulta en la inmunidad a ese antígeno.En 1958, Sir Gustav Nossal y Josué Lederberg demostraron que una célula B produce siempre sólo un anticuerpo, y esta fue la primera prueba para la teoría de selección clonal.[1] Durante la década de los setenta, gracias a sus experimentos, Tonegawa demostró que la constante traslocación y recombinación del material genético en diferentes secuencias (que se producen durante el crecimiento de la célula), tiene como resultado la aparición de muchos nuevos genes en cada célula, lo que permite que se produzca un anticuerpo para cada antígeno.