Tocino de cielo

El nombre completo de este plato es debido a varios motivos: la primera parte del mismo, «tocino», se debe tanto a su aspecto como a su textura, por la semejanza que estos guardan con el tocino de cerdo (incluso en el color crema) a pesar de tratarse este de un plato dulce y concebirse como postre; y, la segunda parte, «de cielo», se debe al origen de esta elaboración en contextos religiosos o eclesiásticos.

[7]​ Durante los años del hambre del siglo XX también era común que las casas humildes usaran las yemas de huevos para hacer candiés (del término inglés candy egg; huevo dulce que los andaluces transformaron en candié) para los más pequeños, empleando el sobrante de yemas para hacer tocino de cielo.

En primer lugar, se hace un almíbar disolviendo el azúcar en agua.

A éste, mientras está tibio, se le añaden la yemas, batiéndolas.

No obstante, existen muchas variantes del postre por toda la geografía[10]​

Tocinillos de cielo.
Tocino de cielo.