Fue descubierta en 1880 en Tobermory en la isla de Mull, en Escocia (Reino Unido),[1] siendo nombrada así por esta localidad.
Es un silicato hidroxilado e hidratado de calcio.
Puede ser visualmente muy parecida a la tacharanita, y dimorfo de la clinotobermorita.
Rellena vesículas y cavidades en rocas basálticas.
Suele encontrarse asociado a otros minerales como: zeolitas, etringita, portlandita o calcita.