Se estima que vivió a finales del siglo xiv.
Así, Espinosa dice en su obra Historia de Nuestra Señora de Candelaria:[7] Todos los autores clásicos coinciden en apuntar la existencia de un rey absoluto de Tenerife con residencia en Adeje, a cuya muerte o vejez fue dividida la isla entre sus nueve hijos legítimos: Acaymo, Atbitocazpe, Atguaxoña, Benecharo, Betzenuhya, Caconaimo, Chincanairo, Rumen y Tegueste.
[8] También tuvo un hijo bastardo: Aguahuco, quien obtuvo el señorío de Punta del Hidalgo.
Sin embargo, al igual que ocurrió con sus predecesores, sus tíos intentaron usurpar el poder.
Bethencourt afirma que Tinerfe «reformó la táctica de su padre y fue el fundador de la estrategia, alcanzando Tenerife una gran prosperidad bajo su prolongado reinado».