Abducción (ufología)

Otros puntos en común serían: La mayoría de los relatos son muy semejantes entre sí, a este respecto el folclorista Thomas E. Bullard realizó un estudio sobre 309 casos de este tipo, mostrando que siguen cierto orden y en el que destacan varios episodios clave: Si bien todos los elementos no aparecen en todos los casos, según él y sus propios criterios acerca de lo que se considera captura, examen, viaje, teofanía, regreso y consecuencias, hay un 84% de situaciones en los que el orden se cumple.

Esta amnesia casi siempre impide a los protagonistas recordar el meollo del incidente.

Por ejemplo, una persona vive una situación extraña de una supuesta abducción o visita extraterrestre a una determinada hora.

Lo ocurrido durante ese tiempo perdido supuestamente puede saberse mediante regresión hipnótica, mediante las cuales se somete al abducido a un estado de relajación en el que las imágenes que la memoria consciente se resiste a recordar afloran progresivamente.

[1]​[2]​ Hasta tal punto es así que, según dice el estudioso británico John Rimmeren en su obra The evidence for alien abductions (1984), basándose solamente en relatos bien documentados, ha podido construir un «modelo» de abducción, según el cual las personas abducidas (pertenecientes a ambos sexos, aunque con preponderancia del masculino) son seres humanos sanos, normales y no interesados particularmente por el problema ovni.

Igualmente, muchos de los individuos que dicen haber sido secuestrados, se les ha hecho recordar el supuesto suceso mediante hipnosis, lo cual puede permitir que el individuo sea sugestionado o autosugestionado mediante hipnosis, induciéndole, voluntaria o involuntariamente, falsos recuerdos.

Ezequiel, por ejemplo, describe un típico carro-trono adornado con querubines, al más puro estilo fenicio, tal cual es representado en relieves y monedas de la época, solo que de enormes dimensiones dada la importancia del dios que está sentado en él.

Según el relato, Barney Hill habría observado el objeto con prismáticos y le pareció ver formas humanoides a través de las ventanillas, lo que le hizo pensar que se trataba de un avión.

Estas salieron a la luz unos tres años después, cuando la pareja se sometió a tratamiento por el psiquiatra Benjamin Simon y narraron la abducción, describiendo al que sería el prototipo de extraterrestre durante las décadas siguientes.

Utilizó bolas colgadas del techo de una habitación para representar las estrellas, y suponiendo que las esferas más grandes correspondían a las estrellas Zeta Reticuli 1 y 2, de donde supuestamente procederían los extraterrestres.

En realidad, basta con echar un vistazo al catálogo SIMBAD, buscar ambas componentes (ζ Reticuli 1 y ζ Reticuli 2) y realizar una búsqueda de referencias en un amplio rango para ver que ambas están referenciadas en la literatura especializada por lo menos desde 1950.

Reconstrucción de la presunta abducción de Travis Walton .
Dracma fenicio del siglo IV a. C., actualmente en poder del Museo Británico (Londres).