Es popular por sus vistas sobre la ciudad y por sus espacios naturales, que son usados con fines recreativos.
Esta iglesia, debido a su diseño y su ubicación en lo alto de la montaña, y por supuesto su nombre, recuerdan a la Basílica del Sacré Cœur del barrio parisino de Montmartre.
Construido en 1925 por el arquitecto Ramón Reventós, con pinturas en su interior de Joan Trujols.
La Torre Pastor de Cruïlles, edificio inspirado en la arquitectura tradicional, proyectado por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch en 1908.
Su altura 53 m. Se construyó para abastecer de agua la colonia del Dr. Andreu.
El Observatorio Fabra, obra de 1902-1904 del arquitecto José Doménech y Estapá.
El observatorio ha participado en proyectos internacionales como el seguimiento del cometa Halley.
Por este trabajo el papa Pío XI le dio el título de marqués a Enric Sagnier en 1923.
Antes se construyó una pequeña capilla, que aún existe junto al templo, levantada en 1886 para conmemorar la visita de San Juan Bosco a Barcelona, a quien regalaron el terreno de la cumbre.
Hay que distinguir tres partes claramente: Tres partes, para una explicación simbólica de purificación: pecado en el valle a los pies del edificio; una cripta pesada y fortificada con arcos bizantinos, símbolos terrenales; un templo gótico ágil, purificado, ordenado, pulido, sencillo y, por encima, más puro aún, el cobre de la imagen del Sagrado Corazón con los brazos abiertos como puente entre el cielo y la tierra.
Permite dar una vuelta alrededor del templo, ver la espalda a los 12 apóstoles (los cuatro de las esquinas no se ven) y acceder a la escalera que lleva al mirador superior, primero por una escalera exterior y después por una interior.
Se puede ascender al Tibidabo en vehículo privado y en transporte público: autobús, el popular Tranvía Azul o el funicular, inaugurados en 1901.