La tercera ola

A pesar de tener varias décadas, el concepto expresado en muchos aspectos es bastante actual.

Ataca también la utopía del progreso indefinido, postulado, para él, por la segunda ola, y que corresponde a la mentalidad calvinista.

Durante la Primera Ola la población se podía distinguir entre "primitiva" y "civilizada".

La población "civilizada" se caracteriza por trabajar principalmente en el cultivo de las tierras (la agricultura) como un elemento que desplazó las actividades de caza y pesca y que modificó las estructuras.

La principal fuente de energía era el esfuerzo físico humano, y un aprovechamiento primitivo de fenómenos naturales dependientes del sol, como el viento o las lluvias.

Esta revolución no solo cambia la forma de producir bienes, sino la organización del mundo.

El desarrollo de nuevas tecnologías hizo que se crearan gigantescas máquinas electromecánicas.

Consecuencia de ello: Según Alvin Toffler, aparece una "cuña invisible" en la sociedad, que la divide entre productores y consumidores.

La unidad económica de la segunda ola es la corporación, organizaciones con capital invertido en producción y distribución comercial.

La radio y más tarde la televisión terminan de configurar el concepto.

A diferencia del auto-consumo de la Primera Ola, ahora puede producir productos y servicios para otros.

En la tercera ola fundamentalmente se amplifica la fuerza mental del ser humano.

Según el autor, "hombrecitos" de 14 años estaban mejor cualificados que muchos adultos para vender ordenadores o computadoras.