The Man Who Would Be King

Una de las adaptaciones más famosas es The Man Who Would Be King (1975), adaptada y dirigida por John Huston, con las actuaciones estelares de Sean Connery como Dravot y Michael Caine como Carnehan, como también a Christopher Plummer interpretando a Kipling.

Para mostrarle que no están locos, le muestran un contrato mediante el cual deciden abstenerse de tomar alcohol y tener relaciones con mujeres hasta haber conseguido ser reyes.

Dos años después, en una calurosa noche de verano, Carnehan regresa a la oficina del narrado.

La estructura creada por Dravot y Carnehan se desvaneció pronto cuando Dravot, contra el consejo de Carnehan, decide que es hora de casarse con una chica kafir, porque estaba decidido a tener una reina consorte, que además le diese una descendencia con orígenes locales.

Carnehan es crucificado en dos pinos, pero, tras permanecer vivo un día a pesar de las torturas, los nativos consideran que es un milagro y lo dejan irse.

Al día siguiente, el narrador ve a Carnehan arrastrándose por las calles y en un estado de locura.

Caravana en Khyber c. 1880.
Festival Kalash .