En Chañarcillo, la destrucción afectó casas, maquinaria y labores mineras, pero no se reportaron muertes.
La ocurrencia de temblores cada diez minutos no permitió dormir a sus habitantes durante dos noches.
En la ciudad de Vallenar, muchas casas sufrieron daños debido al fuerte impacto del movimiento.
En Copiapó se conformó una comisión con dos arquitectos para evaluar el estado de las casas, ordenándose demoler 25 viviendas debido a su estado inhabitable.
Llegó un ola con gran violencia que tuvo una altura por sobre los diez pies de alto por sobre la alta marea.
El agua alcanzó el patio de la aduana, mojando completamente las cargas que allí se encontraban.