Toda la familia se trasladó a Santander donde estudió magisterio.
En su mandato se creó la Sección Auxiliar Femenina del Cuerpo de Prisiones.
Se cubrieron las 5 plazas para jefas de servicio y las 29 para auxiliares.
[4][5] Revaque Garea aprobó dichas oposiciones a funcionaria de prisiones en 1931.
Fueron también expedientadas Carmen Trapero Calleja y Teresa Muñoz Blanquer, que también estaban en Ventas.
[12] Al ser llamada para ser fusilada, a la funcionaria que la sacó le recordó que iba a morir por haber llevado el emblema del cuerpo de prisiones con dignidad.