La torturaron, la instaron a rechazar el cristianismo y, cuando se negó, la arrojaron al mar.
Eusebio estuvo presente en Cesarea durante las persecuciones, parte de la campaña del imperio para suprimir el cristianismo.
[2] Desde Tiro, Líbano, Teodosia, de diecisiete años, se había dirigido a Cesarea en Palestina.
El día de Pascua del 307, según Eusebio de Cesarea, fue a la plaza pública donde varios cristianos encadenados esperaban ser interrogados.
[2] El gobernador, al ver que soportaba estas torturas sin quejarse, le pidió que hiciera sacrificios a los dioses y para así ser liberada, pero, según Eusebio, ella respondió que había ido allí adrede y habló con los cristianos que estaban bajo custodia en la plaza, con el propósito expreso de ser condenada a muerte: "¿Por qué, oh hombre, te engañas a ti mismo, y no te das cuenta de que he encontrado lo que rogué obtener de tus manos?