Fue construido en los terrenos que ocuparon la capilla de Nuestra Señora de Aranzazú del Templo de San Francisco, la cual fue demolida por su deterioro.
[1] En la promoción de su construcción participó Carmen Romero Rubio,[2] esposa de Porfirio Díaz.
Su arquitectura es neorrománica, y en su interior la decoración es en su mayoría de mosaicos de estilo neobizantino.
En este templo están depositados los restos de Felix de Jesús Rougier.
El templo está a cargo de la orden de los Misioneros del Espíritu Santo, y en ella se realiza desde 1900 el ritual católico de la adoración nocturna mexicana.