Cuenta una historia a lo largo de varios capítulos que, puede o no, ser realista y generalmente tiene un tono melodramático.Sua vida me pertence fue la primera telenovela que salió al aire en diciembre de 1951 en TV Tupi, Brasil.Sin embargo, en Europa y otros continentes, aún existen telenovelas con episodios de corta duración.El joven decide hacerse cargo del futuro bebé y puede llegar incluso a casarse con su prometida.Posteriormente, se descubre que el embarazo de la villana ha sido fingido (si su embarazo es real y su bebé es hijo de otro hombre, se descubrirá la infidelidad; si es hijo del protagonista, la villana tendrá un aborto) y el protagonista la abandona para volver con su amada.Algunos señalan una supuesta contradicción en su denominación, que deberían llamarse «telerromances»; más para la lengua portuguesa, una novela literaria se diferencia de la novela no por su tamaño sino por la forma en que los acontecimientos suceden en la narración y el enfoque de folletín.Algunos teleromans famosos producidos en Francia son: Riviera (serie de 1991)[1], Sous le soleil, Plus belle la vie[2], y Cinq Sœurs.Raras veces, productoras independientes consiguieron afirmarse en el mercado del audiovisual seriado, ya que las grandes cadenas o redes copaban los espacios.Productoras inestables han demostrado también incapacidad para poder imponerse en los mercados internos y externos, ya que la continuidad es el factor básico de una industria exitosa del teleserial romántico iberoamericano.En efecto, se escriben y realizan telenovelas pensando en actrices como Lucía Méndez, Verónica Castro, Grecia Colmenares, Andrea del Boca o Thalía.En Brasil, a pesar de su belleza y éxito, nadie hizo telenovelas para Maitê Proença por solo citar un ejemplo, aunque sí hay reinas del folletín como Regina Duarte, Glória Menezes o Suzana Vieira, por solo citar tres nombres.Ese patrón se replica también en los galanes, que han sido otro elemento determinante para alcanzar la popularidad.Hoy en día, dichas telenovelas conservan pocos rasgos característicos del país y oscilan entre un costumbrismo con sabor local, hasta una enajenación total de los valores nacionales.Omar Romay y Raúl Lecuona, fueron algunos de los productores más prolíficos, pero aun así la producción es irregular, si la comparamos con otros países del continente, donde se transmiten varias telenovelas al día por un mismo canal.Normalmente las telenovelas no se eligen con sus apelativos narrativos o cualidades comerciales, sino por sus contenido político-ideológico.Las telenovelas se pueden comparar mejor al cine «hollywoodense» más que a las soap operas por la importancia económica que tienen en países como México, Brasil, Colombia, Venezuela, Argentina y Chile por los grandes presupuestos destinados a su producción y por las secuelas realizadas (Amándote 2, Como Pedro por su casa, Chiquititas 1995-2006, Floricienta, Casi Ángeles, Rebelde, Rebelde Way, Ecomoda, Salud, dinero y amor, Más allá del puente etc.).Telemundo estos últimos años ha basado sus historias en tramas chilenas como Silvana sin lana, ¿Dónde está Elisa?La telenovela colombiana merece un capítulo aparte, pues se sumó a este selecto grupo recientemente, sobre todo, luego que se extendieron sus vínculos con Telemundo, la cual tiene la base financiera del capital estadounidense que les da mayor alcance internacional.Las productoras colombianas han logrado posicionar en el mundo cerca de 84 historias, todas con un rotundo éxito.[5][6][7][8] Entre sus 22 adaptaciones se encuentran: La fea más bella en México, Ne rodis krasivoy en Rusia, Lotte en los Países Bajos, Jassi Jaissi Koi Nahin en la India, Verliebt in Berlin en Alemania, Ugly Betty producida por Salma Hayek para la ABC de Estados Unidos y Yo soy Bea, la adaptación española.Telemundo en los últimos años se asoció con TVN para distribuir sus telenovelas, como La familia de al lado, Alguien te mira, Témpano y recientemente Aquí Mando Yo la cual ha batido récords en su emisión en Ecuador por Telerama en horario estelar, compartiendo horario con otra exitosa chilena Mujeres de Lujo.Novelas como Niña Moza (1986), Kassandra o Esmeralda, paraban los combates en los conflictos bélicos de Nicaragua, Bosnia y Croacia.En Colombia, los canales privados Caracol TV y RCN TV emiten telenovelas (nacionales y extranjeras) durante la mayor parte del día, lo cual ha conllevado a innumerables críticas hacia esos canales dentro del país, junto a los constantes cambios de horario ocasionados por la guerra por el índice de audiencia.También han sido fuertemente cuestionados por las alianzas con los canales estadounidenses para la población hispanoamericana: Telemundo y Univisión.Pero con el paso de los años otras actrices han sido llamadas así, Adela Noriega, Lucero, Victoria Ruffo, Edith González.En Brasil, dicha variedad empezó a forjarse por los años 1970, cuando los ejecutivos se dieron cuenta de que el público no quería sufrir y llorar, sino pasar un buen rato ante la pantalla.El héroe y la heroína se conocen, al principio pueden tener una relación difícil, ya sea por rivalidades, conflictos familiares, que andan en otras relaciones (usualmente con un villano(a) o alguien que morirá a manos del villano) o simplemente no han dado con la chispa, pero pronto se vuelven pareja.Mientras la relación de la pareja llega a un tope (se casan por el civil, consuman su relación o tienen la cita más dulce de su vida), el villano por fin logra que sus acciones afecten directamente a los personajes más importantes, a veces provocando que la relación de los héroes se caiga dramáticamente y los personajes se hundan en depresión, vicios o enfermedades.Por si fuera poco, la heroína puede quedar embarazada y tiene usualmente a su hijo en la soltería, lo cual provoca aún más escándalos.Usualmente el villano, al verse completamente descubierto, decide emprender una arriesgada jugada que va a poner en peligro a varios personajes clave, principalmente los protagonistas, el objetivo es acabar con ellos y borrar toda evidencia de las cosas que le acusan.