Por otra parte, para que estos beneficios fueran mayores, el teatro naciente tendría la exclusiva de las representaciones teatrales en la ciudad.
Abandonó su dedicación a la ópera y tuvo un papel importante en la renovación del teatro en catalán.
En la reforma, se abandonó la estructura a la italiana y se construyó una sala moderna, con platea y un único piso superior que llegaba a cubrir media platea, mejorando la visibilidad general.
Hacia los años ochenta y noventa del siglo XX empezó a acoger esporádicamente conciertos, recitales e incluso espectáculos teatrales y operísticos (en 1998–1999 se representaron cuatro óperas traducidas al catalán).
Remataba la fachada un frontón semicircular en centro, y balaustrada con jarrones a los lados.
Desde 1797 se introdujo la costumbre de celebrar conciertos vocales e instrumentales para evitar el cierre durante la Cuaresma.
En el siglo XIX empezaron a estrenarse sainetes y comedias costumbristas de autores como Francesc Renard, José Arrau y Estrada, Manuel Andreu Igual, Ignasi Plana, etc.
Hacia 1820 se estrenaron las comedias de José Robreño y Tort, que alcanzaron gran popularidad.
Alrededor de 1860, se da el auge de los autores en catalán: Frederic Soler, Eduardo Vidal Valenciano y Conrad Roure, que evolucionan desde el sainete al drama romántico, burgués e historicista.
Como homenaje a esta generación de autores, en la plaza que hay delante del teatro, en La Rambla, se levantó un monumento a su representante más conocido: Frederic Soler, conocido como «Serafí Pitarra».
En 1906 se instaló en el teatro una compañía innovadora: Espectáculos y Audiciones Graner.
Durante los años siguientes se cantaron varias óperas italianas de Caldara, Carlo Pollarini, Francesco Gasparini, Andreas Fiore, etc.
El repertorio alternaba ópera seria y bufa, con predominio de esta última.
Il barbiere di Siviglia de Paisiello se representó en 1787 (y luego en 1798).
También se vieron títulos de Antonio Salieri, Giuseppe Gazzaniga, Ferdinando Paer, Valentino Fioravanti, etc.
En 1802 actuó una compañía francesa que representó óperas de François-Adrien Boïeldieu, Dalayrac, Campini, Grétry, etc.
En este período se dieron óperas de Coccia, Giovanni Pacini, Vincenzo Puccita, Guglielmi, Portogallo, Ramón Carnicer (entonces director musical del teatro), etc.
En 1823 se da la primera ópera de Saverio Mercadante, Elisa e Claudio, a la que continuarán muchas otras del mismo autor en los años sucesivos.
Cantaron entonces en el teatro figuras importantes: Enrico Tamberlick, Stagno, Uetam, Adelina Patti, Angelo Masini o Julián Gayarre.
Entre los músicos que dirigieron el teatro se encuentran: Antonio Tozzi, Pietro Generali, Ramón Carnicer, etc.
El Principal fue un lugar donde se representaron y oyeron por primera vez en España algunas de las grandes obras del repertorio operístico y musical, en algunos casos con poco tiempo de diferencia desde su estreno absoluto (esta fecha se da entre paréntesis).