A principios del siglo XX, Santander contaba con un teatro, el Principal, así como varias salas de variedades, teatrillos y cafés donde se representaban diferentes artes escénicas, espectáculos de variedades y musicales.
En 1915 el Teatro Principal queda destruido por un incendio, con lo que en la ciudad queda el Salón Pradera (situado en el antiguo solar del Castillo de San Felipe y donde hoy está el Edificio del Banco de España), inadecuado para las funciones de teatro.
Los decorados fueron obra del propio arquitecto, mientras que las paredes del vestíbulo así como el techo principal, estaban decoradas por pinturas de Gerardo de Alvear.
El aforo alcanzaba las 1700 localidades, 600 sentadas en el patio de butacas, 310 en el anfiteatro, 700 en lo que se denominaba el Paraíso (accesible directamente desde el exterior en la calle del Río de la Pila), más el palco regio, también con acceso independiente.
Los 21 camerinos de que constaba el teatro estaban repartidos en tres pisos.