En el año 17 a. C., cuando las obras aún no habían sido terminadas, Augusto hizo celebrar en el teatro los famosos Juegos Seculares (ludi saecularis), cantados por Horacio.
[7] Resultó dañado en el Gran incendio de Roma del año 64, así como durante las luchas entre Vespasiano y Vitelio.
Durante el medievo, en el año 1150, fue ocupado por pequeñas construcciones y se transformó en fortaleza, lo que le evitó futuras destrucciones.
Inicialmente perteneció a la familia Faffo o Fabi de Pescheria en el siglo XII, más tarde pasó a los Pierleoni en el siglo XIV y a partir de la segunda mitad del siglo XV los Savelli obtuvieron la propiedad, quienes contrataron al arquitecto Baldassarre Peruzzi para construir el palacio renacentista del tercer piso sobre los arcos de la fachada externa.
Está técnica de revestir el cemento fresco con piedra se denomina Opus incertum.
También se empleó en su construcción ladrillo refractario romano, que entonces era una novedad recién introducida desde Grecia.