[1] Aunque se conocía con anterioridad, su descubrimiento se atribuye a Adrián van Mynche en 1631 y su composición fue determinada por primera vez en 1773 por el químico sueco Torbern Olof Bergman (1735-1784).
Era considerado un medicamento heroico, esto es, que solo se usaba en casos extremos.
Posee propiedades de expectorante, vomitivo, purgante, irritante y rubefaciente.
[2] Se ha empleado siempre con mucha precaución por el gran inconveniente que posee de generar necrosis en los tejidos.
Efectos secundarios reconocidos eran la producción de debilidad, caquexia y enfermedades del aparato digestivo.