Esta receta es tradicional de las cocinas de Francia, Estados Unidos y el Reino Unido, si bien se conoce en muchos otros lugares.
Se consume como postre o como parte de la merienda.
Una aclaración: el lemon pie original, el clásico, el infaltable de cada banquete que daba la reina Isabel I de Inglaterra, no necesariamente lleva esa cobertura blanca esponjosa con que se conoce en la actualidad.
En el siglo XIX, era tan apreciada como símbolo de riqueza y bondad que habitualmente era servida como postre a la realeza.
[3] A veces, la tarta se espolvorea con azúcar glas antes de servir.