[3] Las larvas se desarrollan dentro del hospedante o huésped[3] y finalmente lo matan.
Muchas son enemigos naturales de graves plagas y, por tanto, se las usa como controles biológicos.
La taxonomía de esta familia presenta dificultades, basándose principalmente en rasgos morfológicos, pero así también en los hábitos reproductivos y en los estadios inmaduros.
Los mayores niveles de endemicidad genérica se encuentran en el Neotrópico, región Afrotropical y Australasia, las cuales actuaron como callejones sin salida durante el Cenozoico y más adelante se convirtieron en lugares ideales para la evolución de faunas endémicas.
Algunas especies son generalistas, por ejemplo Compsilura concinnata usa por lo menos 200 huéspedes diferentes y no se puede usar como control biológico por su falta de especificidad.
Otros, en cambio, son altamente específicos y sirven para este fin, por ejemplo Istocheta aldrichi, que ha sido introducida en Norteamérica para controlar al escarabajo japonés.