Fue la capital de Egipto durante las dinastías XXI y XXIII, cuyos reyes eran originarios de Dyanet (Tanis).
Aun después de perder la capitalidad continuó siendo una importante ciudad comercial y estratégica desde entonces y hasta el siglo VI, en que era sede de un obispado copto ortodoxo, cuando fue finalmente abandonada al sufrir la amenaza de ser inundada por el lago Manzala.
Las principales deidades veneradas en Tanis fueron Amón, su esposa Mut y su hijo Jonsu, quienes formaban la tríada tanita, semejante a la tríada de Tebas desde el momento en que los soberanos tanitas fundaron el gran templo de Amón-Ra y dos menores a Mut y Khomsu en su deseo de emular la anterior capital.
Muchos bloques de piedra, utilizados para construir los templos de Tanis, provinieron del cercano viejo poblado ramésida de Qantir, la antigua Pi-Ramsés, lo que motivó que muchos egiptólogos de épocas anteriores creyeran que Tanis era la antigua Pi-Ramsés.
A finales de la XX dinastía había sido abandonada debido a que la rama pelusíaca del Nilo había acumulado un exceso de sedimentos que colmataron su puerto fluvial, inutilizándolo.