Las aleaciones de metal ligero eran más duraderas que la madera y soportaban mejor los severos inviernos rusos.
Los primeros componentes elaborados en la oficina se usaron para entrenar a los diseñadores en la fabricación de aviones, usando los nuevos materiales.
Desarrollar las habilidades requeridas para trabajar esta aleación fue todo un desafío para Túpolev, el TsAGI y la fábrica de Kolchuginsk.
El fuselaje estaba dividido en tres secciones: la primera disponía de acceso fácil al motor para su inspección, la segunda era un área cerrada para los dos pasajeros, que se sentaban enfrentados, y la tercera, mantenida vacía, era la parte de la cola.
El motor era un Bristol Lucifer británico de pistones que podía desarrollar 100 hp.