Robert Swinhoe

El origen de su interés por la historia natural se desconoce; toma varios cursos formativos en Zoología durante sus años universitarios.

En 1854 se engancha en el cuerpo consular enviado a China, luego de ser oposicionado con otro cuatro candidatos para ese puesto.

Estos primeros cónsules británicos de la región se interesaban sinceramente sobre la cultura china, convirtiéndose en pioneros en ese dominio.

Así, ser diplomático en China daba grandes perspectivas como naturalista, pudiendo acceder a regiones completamente inexploradas por los científicos occidentales.

Durante los diecinueve años que dura su acción, reúne una vastísima colección y describe una nueva especie de aves por mes.

Durante su primer año en Asia, que pasa en Hong Kong, Swinhoe reencuentra a William Heine, miembro de la expedición estadounidense Perry al Japón.

Sus días londinenses transcurren con mucha labor por numerosas conferencias y encuentros con naturalistas interesados en la fauna asiática.

En 1868, recibe la misión de reunir cuatro especímenes del raro ciervo Elaphurus davidianus, descubierto poco antes.

Dos especímenes mueren de desnutrición mas Swinhoe logra salvar los otros dos y los envía a Londres.

En 1869, participa de una expedición para evaluar la navegabilidad del Yangzi Jiang, lo que le va a permitir descubrir nuevas especies.

Muy elogiado por Alfred Russel Wallace (1823-1913) que remarca la importancia de sus descubrimientos,[3]​ aunque su obra fue muy cuestionada por comentadores tanto japoneses como occidentales.