Escritora, naturalizada en los Estados Unidos, conmocionó a la opinión pública internacional al refugiarse en este país en 1967.
[2] Como casi todos los hijos de altos oficiales soviéticos, Svetlana fue criada por una niñera y pocas veces vio a sus padres.
De hecho, Stalin conoció a su nieto Iósif cuando este tenía 4 años.
En 1963 se enamoró en Moscú del intelectual comunista indio Brajesh Singh.
Pronto la noticia causaría gran polémica a nivel mundial, debido a que en Estados Unidos se desconocía que Stalin tuviese una hija y, además, justo en ese momento, la Unión Soviética y los Estados Unidos se encontraban en negociaciones para abrir consulados en ambos países.
Después de pasar seis semanas en Suiza, se dirigió finalmente a los Estados Unidos.
[1] Una vez en suelo estadounidense, Svetlana ofreció una conferencia de prensa denunciando los excesos cometidos por el gobierno soviético.
[1] El libro fue traducido a 23 idiomas, y recibió en su momento numerosos premios.
[4] Desde que se instaló en los Estados Unidos, Svetlana se dedicó realizar obras benéficas y a dar apoyo económico a diversas organizaciones, como un hospital en la India con el nombre de su amado Brajesh: el Brajesh Singh Memorial Hospital.
[6] Svetlana no solo aceptó esta idea, sino que también se casó con el viudo de la Svetlana muerta, William Wesley Peters y se cambió el nombre a Lana Peters.
[7] En 1984 regresó a la Unión Soviética para reencontrarse con su familia, negando todo lo que había dicho en Estados Unidos y afirmando que no había gozado ni de un día de libertad en Occidente.
El reencuentro con su hijo Iósif fue distante y nunca se reencontró con Yekaterina.
Durante esta época, criticó al líder ruso Vladímir Putin por estar aparentemente imitando el culto a la personalidad que ejerció su padre.