Sustrato lingüístico del español

Si bien estas ideas han sido matizadas y en lingüística histórica casi nadie sostiene ya que el factor crucial de la diferenciación de las lenguas romances fue el diferente substrato lingüístico de cada lengua, sí parece claro que parte del léxico, tal vez algo en la fonología y algunas características secundarias sí pudieron estar influidas por las lenguas de substrato lingüístico.En el caso del territorio donde se formó el castellano medieval el sustrato lingüístico prerromano habría estado formado por: El substrato céltico ha sido relacionado tentativamente con algunos rasgos presentes en español (y en alguna otra lengua romance de la península Ibérica): El castellano y otras lenguas romances de la península tienen una /s̺/ (escrita s) articulada como apicoalveolar que difiere en su forma de articulación de las de otras lenguas romances de otros territorios, que la Edad Media existía junto con otra sibilante laminodental /s̻/ (escrita ç o z), la variante que sobrevivió en América.La existencia inicial de /s̺/ opuesta a /s̻/ es un fenómeno paralelo que todavía sigue en euskera moderno, donde existe una oposición fonológica entre z /s̺/ y s /s̺/.Entre la influencia léxica y toponímica del hispanocelta puede citarse: Además de las anteriores se conoce un buen número de préstamos léxicos del euskera-aquitano al español.Entre esas palabras están aquelarre, cencerro, chamarra, chaparro, gabarra, izquierda, laya, narria, órdago, pizarra, socarrar, zamarra, zumaya;[5]​ Si bien las lenguas íberas no forman parte estricta del substrato lingüístico del español, algunas palabras ibéricas pudieron pasar al latín hispánico general y aparecen en español por esa razón.
Reconstrucción de la situación lingüística de Hispania, c. 200 a. C.. [ 1 ]
Lenguas hispano-célticas en tonos azules y morados ( celitbérico ), algunas lenguas paracélticas se presentan en tonos verdes ( lusitano ).
Variedades eusquéricas, emparentadas con el antiguo aquitano , se habrían hablado en el noroeste de Cataluña al menos hasta el siglo IX , según algunas interpretaciones de la toponimia