Durante 1992, los aviones restantes fueron reubicados en Serbia y Montenegro, donde entraron en servicio con la Fuerza Aérea de la recién formada RF Yugoslavia.
Según el periódico de aviación Flight International, el Super Galeb mostró un linaje inconfundible del anterior G-2, compartiendo el mismo motor turborreactor Rolls-Royce Viper de origen británico, aunque mejorado para un mayor rendimiento.
Durante 1983, el G-4 realizó su primer vuelo, momento en el cual había sido ordenado en grandes cantidades para la Fuerza Aérea Yugoslava.
Más allá del mercado nacional, también compitió internacionalmente contra los entrenadores de aviones como el italiano Aermacchi MB-339, el checoslovaco Aero L-39 Albatros y el español CASA C-101; Flight International observa que, si bien el G-4 ofrecía menos rendimiento que el Dassault/Dornier Alpha Jet de Franko-German, era mucho más barato conseguirlo.
Su tamaño permite que el tipo se aplique a los programas de vuelo básicos y avanzados.
La tripulación cuenta con aviónica que permite volar en mal tiempo; La posición delantera está provista de un radioaltímetro y un giroscopio.
El acceso directo al motor se logra mediante la eliminación del fuselaje trasero delante de la aleta.
Según se informa, este programa giró principalmente en torno a la integración de nuevos misiles aire-aire y aire-tierra, así como una capacidad de puntería mejorada, ajustes para aumentar la confiabilidad del motor y una mejor electrónica.
Durante el bombardeo de la OTAN a Yugoslavia, siete G-4 del equipo de acrobacia aérea Leteće zvezde fueron destruidos en la Base Aérea Golubovci, contribuyendo en gran medida a la disolución del equipo durante 1999.
Serbia ha podido adquirir G-4 adicionales de otras antiguas repúblicas yugoslavas, a menudo mediante trueque, para ampliar su flota operativa.