Su ascenso a la élite mundial se produjo en 1984 siendo todavía una atleta junior, cuando mejoró en 10 cm su plusmarca personal saltando 2 metros justos en Sofía.
Acabó ese año 4ª del ranking mundial, y aunque optaba a una medalla en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, no pudo acudir debido al boicot de los países del Este a esta cita.
Cuando regresó en 1991 parecía haber perdido su antigua consistencia y dominio, además de tener que enfrentarse a nuevas rivales.
Sin embargo en la capital catalana decepcionó por completo, y ni siquiera pudo subir al podio.
El oro fue para Henkel con 2,02, la plata para la rumana Galina Astafei y el bronce para la cubana Ioamnet Quintero, quedando la búlgara en un decepcionante 4º lugar con un pobre salto de 1,94.
Pese a todo acabó la temporada como líder del ranking mundial con sus 2,05 de San Marino.
Con 29 años cumplidos decidió tomarse un descanso en 1994, se casó y en enero de 1995 tuvo un hijo llamado Nikolai.