En 1927 abrió su estudio, que en 1933 trasladó al N.º 17 de la Rue Campagne-Première, donde se hizo internacionalmente conocido como el Atelier 17.
En el taller se realizaban ediciones impresas para recaudar fondos de apoyo al bando republicano durante la Guerra Civil Española y financiar la causa comunista.
El centro no se limitaba a la producción gráfica o a la enseñanza técnica o estética, sino que estaba al servicio del proceso individual de cada artista, fomentando la investigación y la expresión personal en el grabado en metal.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial regresó a Inglaterra y en 1940 instaló el Atelier 17 en Nueva York.
Su estilo artístico lo asoció con los surrealistas en París y en los Estados Unidos fue innovador dentro del movimiento abstracto expresionista.