Spiroplasma

Spiroplasma comparte el metabolismo simple, el estilo de vida parásito, la morfología de las colonias con aspecto de huevo frito y el pequeño genoma de otros Mollicutes, pero presenta una morfología helicoidal distintiva, al contrario que Mycoplasma.

Unas pocas especies, entre las que destaca Spiroplasma mirum, crecen bien a 37 °C (la temperatura del cuerpo humano) y pueden causar cataratas y daños neurológicos.

Las especies mejor estudiadas son Spiroplasma citri, el agente responsable de la enfermedad del naranjo (Stuborn), y Spiroplasma kunkelii, casante de la enfermedad del maíz (Stunt).

Ha habido controversia en el papel de las espiroplasmas en la etiología de la encefalopatía espongiforme transmisible, pero actualmente el modelo que responsabiliza a los priones es el más aceptado.

Adicionalmente, se ha comprobado que las especies de Spiroplasma pueden matar a los machos de la mariposa Danaus chrysippus, dando lugar a intesantes consecuencias de genética de poblaciones y la consiguiente especiación similar a los efectos causados por algunas cepas de Wolbachia (Jiggins et al.