Spirit of St. Louis

Cuatro años más tarde, en 1926 el español Ramón Franco realizó un vuelo con escalas entre Palos de la Frontera y Buenos Aires, a bordo del Plus Ultra junto a otros tres tripulantes.

En sólo dos meses había terminado la fabricación del Spirit of St.

Lindbergh opinaba que era mejor disponer de un solo motor, ya que a un avión con carga máxima un segundo motor tampoco podría mantenerlo en el aire si fallaba el primero.

Además, un avión con dos o tres motores era más propenso a tener fallos en alguno de ellos.

De esta forma, al aumentar su capacidad al máximo, Lindbergh sacrificó la visibilidad hacia adelante, la cual quedó reducida a lo que podía ver a través de un periscopio que tenía delante.

Después de volar a Bélgica y Reino Unido, el Spirit of St.