Se sitúa a escasos kilómetros de Oviedo.
Para acoger a los trabajadores de la central térmica, se proyecta y ejecuta desde 1961 la construcción de un poblado.
Se trata de ciento veinte residencias que combinan la edificación multifamiliar y unifamiliar.
Existe un paralelismo entre estos alojamientos y los del poblado cántabro de La Hermida, diseñados ambos por el mismo arquitecto.
Se conserva su antigua estación, una cabina de enclavamientos, una cantina, almacenes y antiguas viviendas para trabajadores del ferrocarril.