Somaén es una palabra de origen desconocido, tal vez árabe, a la que se han asignado diferentes significados, más poéticos que realistas y demostrables.
Destacando especies como el jabalí (Sus scrofa), corzo (Capreolus capreolus), zorro (Vulpes vulpes), garduña (Martes foina), comadreja (Martes nivalis) y numerosas aves como, buitre leonado (Gyps fulvus), alimoche (Neophron percnopterus), milano real (Milvus milvus), gavilán (Accipiter nisus), águila culebrera (Circaetus gallicus), águila real (Aquila chrysaetos), cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), halcón peregrino (Falco peregrinus), autillo (Otus scopus), búho chico (Asio otus), garza real, oropéndola, rabilargo, grajilla, alcaudón, ganga, cuco y perdiz.
Algunos autores quieren identificar un origen árabe en el castillo de Somaén, quizá una atalaya de vigilancia desaparecida, si bien basado solo en su situación geográfica y el supuesto topónimo árabe, por tanto indemostrable.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Castilla la Vieja[1] que en el censo de 1842 contaba con 100 hogares y 410 vecinos.
A mediados del siglo XIX, la villa tenía contabilizadas 104 casas.
Adosados a sus gruesos muros de mampostería, está la sacristía junto al altar mayor, y una capilla, adosada a este, con bóveda barroca con adornos de angelotes y lambrequines.
Se localiza a las afueras de Somaén, en el llamado "Molino".
Es una pequeña edificación de planta casi cuadrada, con cubierta a cuatro aguas de teja curva y rematada por un pináculo de cinc, coronado con la cruz Patriarcal, también llamada Arzobispal, que tiene dos travesaños perpendiculares el eje vertical, el superior más pequeño que el inferior.
Somaén tenía la ermita de Santa Quiteria, ya desaparecida y que se situaba donde ahora se localiza la piscina y aparcamientos de la Posada Santa Quiteria.
[7] El castillo de Somaén debió desempeñar un papel importante en el control del paso entre Medinaceli y Arcos de Jalón, como lo atestigua su situación estratégica en dicha vía natural, sobre un cerro alargado en un recodo del río Jalón, y separado por un foso.
El castillo-fortificación estaba formado por dos torreones (uno de ellos desaparecido) y unidos por una muralla.