Soleá (flamenco)

La soleá puede ser ejecutada por una bailaora solista de gran expresividad.

La bailaora llama la atención con el movimiento de sus caderas, su desplante y su seriedad.

La soleá tiene un tempo lento y pesado, aunque su compás es igual que el de las alegrías y las bulerías, pero con otro carácter Según el concepto de compás manejado en el mundo del flamenco, el esquema rítmico de la soleá es 1 2 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Las cifras en negrita indican los pulsos fuertes del compás.

Desde el punto de vista de la teoría musical clásica, el compás, que usualmente se concibe en ella desde el primer acento musical métrico, empezaría en el pulso que en la cultura flamenca se marca como 3º por atenderse en ésta a la letra de la canción, que a menudo comienza en anacrusa.

A menudo se remata la soleá con una coletilla, que consiste en una estrofa de dos o tres versos que sirve para cerrar la tanda y que típicamente se canta en el tono homónimo mayor (es decir, en Mi Mayor en lugar de en Mi frigio).

Soleá por Bulería de Rosario Amador (2013).