Debido a su notable importancia en las crónicas históricas, Sofonisba fue inmortalizada en innumerables obras pictóricas, teatrales y literarias los siglos posteriores, destacando la dignidad de su propia muerte, y a veces adscribiéndola al arquetipo de la mujer fatal.
[1][2] Cuando Sofonisba aún era muy joven, su padre la prometió como esposa al heredero númida Masinisa, a cuyo lado Asdrúbal combatiría en Hispania contra los romanos, para afianzar la alianza entre Numidia y Cartago.
A pesar del tiempo transcurrido, Sofonisba aún ejercía tal efecto sobre Masinisa que éste le prometió perdonarla de la cautividad y no entregarla a los romanos, y tras ello la desposó sin retraso, aceptando los pretextos de Sofonisba de que había sido forzada a casarse con Sifax contra su voluntad.
Esta precaución se habría visto corroborada no solo por las confesiones del propio Sifax, sino también por las averiguaciones que había realizado Cayo Lelio, el lugarteniente y consejero de Escipión.
Decidiendo en última instancia conservar sus alianzas con Escipión, el númida aceptó entregar a Sofonisba, pero antes envió a ésta una copa de veneno con el que suicidarse para escapar del presidio romano.