En alguna de estas óperas compartió escenario con Manuela Oreiro Lema.
[3] Además, cantó obras religiosas como la Misa de gloria a cuatro voces (1844) de Baltasar Saldoni, en cuyo estreno en Albacete, colaboraron también las cantantes Paulina Cabrero, Manuela Oreiro Lema y las monjas clarisas de Hellín (Albacete).
Entre otras muchas composiciones religiosas se encuentran las obras Memorare; Camino del cielo, Miserere al Santísimo Cristo de la Salud y Flores a María.
Sus obras fueron publicadas casi en su totalidad por la editorial Romero y algunas todavía se conservan.
En la parte superior derecha del cuadro se encuentra la inscripción “Tan bella de rostro como dulce en su sonido”, haciendo alusión al poema de Torcuato Tasso, Jerusalén liberada, donde evoca a la ninfa Armida, cuyo encanto provoca admiración.